“Fuimos a tocar la campana pero no estaba”, contó el padre Adalberto, responsable de la capilla Santa María del Carmen de Laguna Paiva (Depto. La Capital), quien se dio cuenta cuando fue a tocarla el fin de semana. La campana que se llevaron es muy valiosa porque es de bronce macizo, y mide 50 centímetros de alto.
“La campana es patrimonio de toda la gente que colabora con beneficio, venta de empanadas, gente que ayuda con una cuota”, explicó el religioso, quien recordó: “Hace años atrás tuvimos que enrejar porque nos habían robado el equipo de sonido.
Al respecto, se dirigió con un mensaje a quien robó la campana, aunque desconoce de quién se trata. “Si esa persona necesita ayuda, lo hacemos, tenemos gente dispuesta que puede acompañar en estas instancias”, concluyó el padre Adalberto.