Producto de la sequía que atraviesa toda la región desde hace varios años, la laguna de Melincué (Depto. General López), se transformara en un enorme salar, que sigue atrayendo turistas de toda la zona.
Su nombre científico es sulfato de magnesio, sales compuestas por azufre, oxígeno y magnesio, que en apariencia es similar a la sal de mes, pero su sabor es amargo y bastante desagradable, explicaron desde el área de Turismo de la localidad, y no tiene usos culinarios.
También señalaron que esta particularidad de la laguna ya tenía un registro histórico registrado por el “naturista e historiador y cugeógrafo español Félix de Azara” en su diario de viaje a fines del siglo XVIII.
Desde la comuna reconocieron que no se recuerda una sequía tan pronunciada como esta en los últimos años. Habría que remontarse a la década del setenta. Esto hizo que la laguna bajara su caudal de agua y que aparezcan los salares que centenares de turistas visitan a diario en el espejo de agua.
Antes de esta nueva situación que transformó el paisaje, la laguna y su cuenca constituía uno de los sistemas lénticos de mayor importancia de la provincia. Se trata de un humedal de relevancia, incluso, continental ya que es un ambiente para especies residentes y migratorias.