En el día de ayer, cuando visitaban a su hijo en la cárcel, los padres de Nicolás C. –el confeso sicario que le pedía ayuda a su madre porque no quería “matar a más gente”– fueron detenidos acusados de formar parte de la misma banda delictiva, vinculada al narcotráfico en el cordón industrial, a la que habría servido el joven con varios encargos de asesinatos.
En la sede de Drogas Peligrosas de la Policía Federal en Rosario, donde está detenido el hijo, sus progenitores quedaron también arrestados donde les secuestraron 70 mil pesos y 1.200 dólares en efectivo, además de tres teléfonos celulares.
Ambos padres eran empleados de la Comuna de Ricardone (Depto. San Lorenzo), donde fueron desafectados al conocerse las escuchas telefónicas donde la mujer le aconsejaba a su hijo seguir en el negocio de la venta de drogas abriendo una pescadería como fachada, luego de que éste le confesara que había asesinado a un hombre por 30 mil pesos.