Durante el fin de semana se hizo presente personal de la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana de la ciudad de Santa Fe tras una denuncia radicada en el IMUSA por exhibición y maltrato animal, la que alertaba sobre una llama y un poni que estaban siendo explotados con fines lucrativos en pleno Festival de Guadalupe. Pero en el lugar, los oficiales se vieron sorprendidos porque las víctimas del supuesto maltrato eran dos peluches gigantes muy similares a los reales.
En concreto, en la denuncia se expresaba que “en la sede de la Basílica de Guadalupe, se está haciendo exhibición de ‘Yamas’ en condiciones inadecuadas, están sin agua y sin alimento. Se solicita intervención de la autoridad”. que llegó a la repartición municipal.
Pero cuando el personal de la Secretaría de Control y del Instituto Municipal de Salud Animal se presentaron a atender el reclamo, se llevaron una sorpresa. “Pensamos que los animales se habían congelado del frío. Pero no, eran muñecos para que los más chicos se saquen una foto” comentó el Subsecretario de Control Guillermo Álvarez.