En las últimas horas, el gobierno de Venado Tuerto tomó la decisión de “tapialar” las aberturas del abandonado Hospital Alejandro Gutiérrez, luego de que los vecinos hicieran múltiples denuncias por la inseguridad que generaban los ventanales abiertos sobre la calle Gutiérrez donde, aseguran, se había transformado en un “aguantadero de delincuentes”.
Se trata de un edificio que pertenece a la Provincia, y parte del mismo fue demolido para la construcción del futuro Centro de Justicia Penal, obra que quedó paralizada durante los últimos meses de la gestión de Miguel Lifschitz. Si bien la actual gestión de Omar Perotti anunció que la obra iba ser retomada, la decisión de la municipalidad de “intervenir” el inmueble provincial generó polémica.
“Iluminar y podar está bien, pero no puede hacer eso con una obra que se va a llamar a licitación en días”, deslizaron fuentes del Ministerio de Infraestructura de la provincia.