El gobernador Miguel Lifschitz y el ministro de Infraestructura y Transporte, José Garibay, inauguraron este jueves dos plantas potabilizadoras, una en la localidad de Tortugas y otra en Arteaga. Las estaciones, de similares características, cuentan con un sistema especial de filtración, que implicaron una inversión en equipamiento de 800 mil pesos cada una.
Más tarde, el mandatario firmó un convenio para la repotenciación de la línea de media tensión entre Armstrong y Tortugas. Dicha obra recorre unos 20 kilómetros y se distribuirá entre el ejido urbano y rural, con un plazo de ejecución de siete meses. Las tareas se harán en conjunto con la comuna de Tortugas, que dispondrá la mano de obra, y la Cooperativa Eléctrica, que aportará los materiales. Con un presupuesto de 6,5 millones de pesos, la provincia solventará el 75% de la obra a través de un aporte no reintegrable.
Microfiltración
En Arteaga, el servicio de agua se encuentra concesionado por la comuna local a la Cooperativa de Agua Potable, Obras y Servicios Públicos, que distribuye agua proveniente desde el acueducto de Bell Ville, Córdoba, que actualmente no cumple las normas de la provincia de Santa Fe. Ante esta situación, la institución instaló un sistema de microfiltración para entregar agua en bidones en las oficinas de la Cooperativa, exclusivamente para ingesta humana.
Para lograr el suministro de agua potable por red, se proyectó la instalación de filtros bolsa para retener anomalías protistológicas, culminándose una retención total con la batería de microfiltración, y la instalación de válvulas. También se incorporan al proyecto dos cisternas previas de 25 metros cúbicos, y una bomba de aspiración, para recibir el agua proveniente del acueducto, que luego pasa por el sistema de filtrado para ir a la cisterna de almacenamiento, y finalmente al tanque elevador que distribuye el líquido a la red.
Cañada de Gómez
Más tarde, Garibay dejó habilitada la ampliación de la planta potabilizadora de Cañada de Gómez, operada por Aguas Santafesinas SA, que permite reducir a la mitad las sales que naturalmente contiene el agua de pozo en la región. La incorporación de un nuevo módulo de tratamiento, mediante ósmosis inversa, demandó una inversión provincial de 5,5 millones de pesos.