A partir del resultado electoral del último domingo, el nuevo Concejo Municipal de Rafaela marcará un novedoso cambio en la relación que hasta ahora viene manteniendo con el Ejecutivo. Y es que a partir del próximo 10 de diciembre, la oposición quedará como la mayoría que regirá desde ese lugar, quedando el oficialismo con solo tres bancas. Dicho de otro modo, para el intendente Luis Castellano será prioritario e imprescindible toda instancia de diálogo.
En principio, esto implica que puede perder la presidencia del cuerpo, ya que, tradicionalmente, se respetan los resultados de las elecciones. Por otra parte, para que los proyectos de ordenanzas que provengan desde la Intendencia puedan superar el Concejo, deberás negociar directamente con Cambiemos. Incluso, si Cambiemos se quedara con la presidencia del legislativo, seguirían teniendo 5 votos “en el llano”, los suficientes como para tener la mayoría.
Incluso, las dificultades del Ejecutivo van más allá: hasta ahora, con la actual conformación, a Castellano le quedaba la posibilidad del veto. Administrativamente, cuando una ordenanza es aprobada, debe ser ratificada por el mandatario al cabo de 10 días. Pero puede ser rechazada a través de un veto, total o parcial. El Concejo recibe el veto y lo analiza. Puede tomar las consideraciones del intendente o puede ratificar su postura. Para ello, necesita una mayoría especial, con los 2/3 del total de bancas. Es decir, siete. Y ese es el número exacto que tendrá la oposición a partir del 10 de diciembre.
Fuente: diario La Opinión
