El ministro de Salud de Santa Fe, Miguel Gónzalez, aseveró que el nuevo modelo de pago que estableció Pami en el último tiempo “ha traído muchos problemas en el interior, no así en las grandes ciudades donde se está más organizado el modelo de compra de servicios y hay más oferta del servicio privado. Pero en las pequeñas localidades se complicaron bastantes las cosas”. La decisión fue dar de baja los servicios tercerizados y mantener solamente el sistema de monto fijo por afiliado que se paga aunque no se realicen las prestaciones médicas.
Una de las situaciones más críticas, y la que destapó públicamente el conflicto, se registró en Arteaga. En esa localidad se firmó un convenio entre el Samco (hospital de baja complejidad) y la obra social de los jubilados, en el que el centro de salud se comprometió a tratar pacientes de alta complejidad aún sin tener los recursos humanos ni técnicos necesarios para hacerlo. Vale aclarar que históricamente se atendían en un sanatorio de Casilda.
Al respecto, el ministro sostuvo, en contacto con una radio rosarina, que “hay que tener mucho cuidado con los sistemas por cápita en los Samco porque lo que debe ofrecerse, según nuestro criterio, debe ser solo la capacidad instalada. Pero lo que ocurre es que se paga por una serie de servicios que los Samco no tienen y que deben instalar, todo para acceder a la cápita”.
Y agregó: “Los Samco no tienen la estructura necesaria y el servicio privado ha desaparecido de las pequeñas localidades, por lo que muchas veces se deriva a la red de la salud provincial. El riesgo es que la salud pública no pueda ofrecer más servicios por estar colapsada por Pami u otras obras sociales”.