Ayer por la tarde la planta de Bravo Energy cerró sus puertas dejando a treinta trabajadores en situación de desempleo. La firma se ubica en el acceso norte a San Lorenzo, se especializa en la refinación de gasoil, y acumulaba una millonaria deuda con EPE, Litoral Gas y con sus empleados.
Días previos a esta situación algunos operarios habían recibido el telegrama de despido. Sin embargo, el abrupto cierre fue imprevisto para todos los que cumplían sus tareas en la empresa que, además, temen no poder cobrar ningún tipo de indemnización.
En ese sentido, los delegados gremiales del Sindicato del Petróleo, Gas y Biocombustibles de San Lorenzo, manifestaron frente a las puertas cerradas de la fábrica que “están a la espera que alguien venga y explique las razones de esta situación”.
