Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), “el clima tropical incentivó el avance de mancha marrón, mancha púrpura, mancha ojo de rana y síndrome de la muerte súbita, manteniendo en vilo a los lotes de soja. Las máximas de 36 y 38º y una humedad inflexible fueron claves para el desarrollo de las enfermedades. Los cuadros que han quedado sin tratar son los que registran mermas en la producción. A pesar de esto y los severos recortes que las lluvias provocaron en 600 mil hectáreas de la oleaginosa, asoma una gran campaña en la región núcleo. Las sojas de primera se alzan con condiciones de muy buenas a excelentes, que le permitirían saltar la valla de los 40 quintales por hectárea”.
Puntualmente, en relación a las expectativas de soja de primera, la Guía Estratégica para el Agro de la BCR estima que “pueden superar los 40 quintales por hectárea, con lotes que se acercarán con facilidad a los 50 quintales, e incluso los superen. Pero no será así para la soja de segunda. Una gran brecha de desarrollo la separa, producto de la alta disparidad de situaciones. Fechas de siembras muy atrasadas, una implantación llena de problemas por las excesivas tormentas dejarían promedios de 30 qq/ha o menos. El pelotón de los cuadros atrasados conseguiría 15 qq/ha”.

Soybean Field Rows in summer