El último capítulo de la saga que involucra a la empresa Monticas y las dificultades que atraviesa en la prestación del servicio contó que el pasado 26 de enero se incendió una unidad que circulaba por la ruta nacional 33, en pleno traslado de pasajeros en el tramo Rosario-Casilda. El hecho agravó las quejas de usuarios habituales, quienes sostienen desde hace tiempo que llegar a destino sigue siendo toda una odisea. Las quejas, en casi todos los casos, son por el mal estado de las unidades, falta de mantenimiento, aire acondicionado y calefacción que no funciona y problemas de higiene. A ello se agregan las reiteradas roturas en ruta, que obligan al pasaje a trasbordos.
La firma fue denunciada por legisladores provinciales en muchas ocasiones. Incluso, el gobierno santafesino insinuó tiempo atrás con la posibilidad de buscar prestadores alternativos. Pero nada ha sucedido hasta el momento. Tal vez por eso, la diputada provincial Miriam Cinalli volvió a la carga y solicitó al Poder Ejecutivo que intervenga con “carácter de urgente”, y a través de los organismos competentes (Comisión Nacional de Regulación del Transporte, Agencia Provincial de Seguridad Vial y Secretaria de Transporte de la provincia) para que se controle e investigue el funcionamiento y estado de las unidades de dicha firma, que “diariamente producen innumerables inconvenientes, como el ocurrido en el último incidente del mes de enero”.
“Las quejas de los usuarios de las distintas localidades son permanentes”, remarcó la legisladora en diálogo con REGIÓN, y recordó que presentó proyectos similares en 2015 y 2016, como así también se reunió con directivos de la empresa y funcionarios provinciales. “A pesar de todo esto, la situación no ha cambiado”, fustigó, y añadió: “Como legisladora me hago eco de las quejas de los usuarios perjudicados, especialmente de las localidades sobre las rutas 33 y 9, como también de vecinos de otras arterias provinciales”.
“Por el compromiso con los usuarios que son rehenes de esta empresa, porque en muchos casos no hay otra opción para trasladarse, y por el riesgo vial que conlleva el funcionamiento del servicio tal como se está brindando, es que pido nuevamente la intervención del gobierno”, enfatizó Cinalli, y agregó que “de ser necesario, y en caso de constatación de las irregularidades denunciadas, se debería aplicar la legislación vigente que emplace a la empresa Monticas y logre regularizar la situación descripta o, caso contrario, se avance sobre la caducidad de la concesión”.
En esa línea, recordó que “desde hace años vengo pidiendo audiencias en la Secretaría de Transporte, porque es un tema que viene de larga data, de mucho tiempo; un tema que hemos charlado con intendentes, presidentes comunales y concejales. Pero hasta el momento no hemos tenido respuestas, nada más que el cambio de color de los coches de Monticas. Cada seis meses, lo único que le cambian es el maquillaje, la pintura, y volvemos a andar en nuestras rutas con la peligrosidad que ya conocemos. La última vez sucedió acá nomás, con un coche que se incendió. Y nos tenemos que acostumbrar al mal uso y el maltrato a los pasajeros santafesinos”.
Cuestión de suerte
Involucrada desde el principio en el histórico conflicto, Cinalli destacó que “siempre hemos tratado de conciliar y llegar a un acuerdo para mejorar la prestación del servicio. Incluso, creo que fue el año pasado en la Municipalidad de Casilda donde se anunció con bombos y platillos un cambio en el tema de los controles sobre las unidades y los horarios. Pero todo fue un anuncio y nada más. Por eso es que insisto: hasta el momento hemos tenido suerte de que no haya sucedido nada grave”.
En tanto que consultada sobre cuáles son los pasos a seguir, puntualizó que “cuando las denuncias son reiteradas y el Estado no tema cartas en el asunto, se puede pedir la caducidad de la concesión que tiene la empresa. Pero la empresa amenaza con despedir a los empleados y nadie quiere eso. Entonces, el gobierno de la provincia deberá sentarse nuevamente con la firma y tratar de llegar a un acuerdo, pero que no sea como el anterior, cuando se hizo un anuncio y luego de pocos meses volvieron los padecimientos. La empresa no cumplió con lo que tenía que hacer. Ahora deberían reemplazar las unidades. Caso contrario, corresponde solicitar la caducidad”.
Según la legisladora, la respuesta de la empresa Monticas es siempre la misma. “Ellos aducen que trabajan a pérdida, que si tienen que sacar coches deben despedir personal, y que no pueden reemplazar las unidades por los costos y los pocos viajes que tienen en las distintas rutas provinciales. Y que necesitaban más rutas para poder compensarlo. No sé si no les han dado más rutas, pero todavía no mejoraron lo que tenían. Ni siquiera han limpiado los coches, arreglado las luces o solucionado las frecuencias. Incluso no funcionó con el nuevo sistema de control con GPS”, admitió.
Para concluir, la legisladora dijo que siempre vio con buenos ojos que la firma sea “una de las pocas empresas que tiene un perfil en Facebook a su nombre donde los usuarios del servicio puedan contar sus experiencias”, aunque aclaró que “si uno lo visita puede ver que todos los días les escriben para decirles barbaridades, entre otras cosas, porque es mucha la gente que queda varada en la ruta cuando los coches no llegan a horario, por la falta de higiene en las unidades, o porque no funciona la calefacción o el aire acondicionado. Todos los días uno puede ver que es incesante la cantidad de reclamos hacia la empresa”. En ese punto, insistió: “Desde mi lugar lo diré hasta el cansancio: que reemplacen las unidades. Caso contrario, la caducidad del servicio”.
La empresa
La empresa, que pertenece al Grupo Flecha Bus, realiza servicios de corta, media y larga distancia desde Rosario hacia el resto del sur de Santa Fe y Córdoba, cubriendo buena parte de las localidades de las rutas nacionales 33 (llegando dentro de la provincia hasta Rufino), 8 y 9 (la línea que une Roldán, Carcarañá, Cañada de Gómez y Las Parejas). Al respecto, vale destacar que la prestación de Monticas en la zona es casi monopólica, dado que, en muchos casos, es la única conexión que tienen diferentes comunas y municipios con la ciudad de Rosario.
Quienes deben controlar el cumplimiento y la concesión del servicio, además del estado de las unidades, son la Secretaría de Transporte de la provincia y la Comisión Nacional de Regulación de Transporte. Inspecciones realizadas en el pasado sobre los coches por este último organismo destacaron todo tipo de faltas. Las fallas incluyeron “el no funcionamiento de tacógrafos; la falta de presentaciones a controles; señales luminosas que no funcionan; baños clausurados o sin agua; vidrios trizados; incumplimiento de servicios diarios; falta de martillos de emergencia; puertas trabadas; neumáticos dañados, lisos o desinflados; carencia de asientos; faltante de matafuegos; verificación técnica vencida o ausencia de cinturones de seguridad”.
La delicada situación que genera Monticas provocó la queja de varios intendentes y presidentes comunales. Tanto que el asunto llegó hace tiempo a la Legislatura provincial. Según el senador Lisandro Enrico, el mal estado de los ómnibus obedece a que la empresa utiliza unidades viejas que Flecha Bus descartó de otros servicios. “Esto es una clara consecuencia de la concentración del mercado de transporte automotor, donde un grupo empresarial compró todas las empresas”, dijo el año pasado el legislador.
Cinalli volvió a pedir que se controlen los servicios que presta la empresa Monticas
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